lunes, 26 de enero de 2009

De Deseos, Sueños y Fantasías


Cuando nuestra mente se eleva más allá de donde se encuentra nuestro cuerpo, a un lugar cercano al que alberga nuestra alma, encuentra un sinfín de sueños, deseos, esperanzas y fantasías.

Este es un lugar lejano pero al que acudimos con facilidad. Un lugar en el que sentimos que verdaderamente dominamos y controlamos todas aquellas variables que se nos escapan en nuestra realidad.

Hay veces en las que atrapamos un pequeño trozo de ese universo privado y paralelo y conseguimos traerlo hasta el presente, hasta el mundo de lo tangible. Pero como ocurre con cualquier viaje, no todo lo que pensábamos que traíamos consigue llegar a su destino. Algunos pequeños matices que eran posibles y tenían sentido en nuestro pensamiento perecen en un mundo en el que dependemos de factores que no podemos ni debemos controlar.

Una de mis más privadas y recurrente fantasías es tenerte ti entre mis brazos. Esta fantasía ha tenido sentido durante mucho tiempo en ese lugar que he descrito. Pero la última vez que he estado a tu lado no ha sucedido como yo lo he deseado. Simplemente porque todo eso, sin yo quererlo asumir, dependía enteramente de ti y no de mi. 

Yo puedo tener mis brazos, mi corazón y mi alma preparados para recibirte; crear escenarios donde esa situación que anhelo se pueda dar, pero todo lo demás, que tú cruces esa barrera imaginaria, que des el paso para acercarte, depende exclusivamente de ti. Y yo (por mucho que me duela) no puedo sino esperar a que pase, lo que sueño. 

No es la primera vez que intento realizar un sueño (ni la primera que intento realizar esta fantasía). A veces, se hacen realidad, otras en cambio la realidad las aplasta hasta convertirlas en frustraciones y desalientos o (en el mejor de los casos) en “películas mal hechas de grandes libros”. 

Pero esta vez, no pienso permitir que eso le ocurra a una de las ficciones más bonitas que he pensado. No pienso permitir que conviertas estas sensaciones y sentimientos en algo con lo que ya no quiera seguir fantaseando. Por eso, guardaré para mi estos anhelos, dejaré de crear escenarios, permitiré que vivas sin saber de mis fantasías. 

Ha sido un placer desearte, y como no puedo temer no cumplir mis deseos, te veré en mis sueños, porque no quiero dejar de pensarte.


3 comentarios:

  1. Ojalá una mujer que sí te corresponda y te merezca ocupe su lugar en tus sueños.

    La voz del silencio.

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  2. Gracias por seguir mis pensamientos.

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  3. Amen,amen y amen a todo lo que tú dices y como lo dices. Tú le pones voz a esos pensamientos que todos tenemos de vez en cuando y no sabemos expresar.
    Dios le da pan a quien no tiene dientes y tú eres un pan taaaaan rico,que lo que te deseo es que aparezca un sueño con una buena dentadura.
    Eres una verdadera belleza escrita.

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